
El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el planeta Tierra, que afecta a diferentes sectores productivos y a la salud humana (Naciones Unidas, 2023). Según la Organización Mundial por la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) (2020), el sector Agricultura, Silvicultura y Otros Usos de la Tierra es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo, dado por la actividad de “cambio de uso de suelo”. Curiosamente, es este mismo sector el que tiene un gran potencial para mitigar el cambio climático mediante el secuestro de carbono en los suelos y la vegetación (Comisión Europea, 2022).
Por ello, para combatir el cambio climático es clave aprovechar las oportunidades que nos dan los suelos y la vegetación en el secuestro de carbono, con alternativas que mejoren y enriquezcan los suelos. En esa línea, se tiene como alternativa poderosa y en tendencia creciente, al biochar.
El biochar y su aporte al suelo
El biochar es un producto abundante en carbono que se obtiene a partir de residuos de biomasa a través de un proceso de degradación térmica en ausencia de oxígeno denominado pirólisis (Lehmann et al., 2011). Tiene una gran importancia para el medio ambiente y la agricultura, ya que contribuye al enriquecimiento del suelo mejorando sus propiedades físicas, químicas y biológicas, como por el ejemplo el aumento de su capacidad de retención de agua y nutrientes, de su fertilidad y biodiversidad. Estos beneficios se traducen en un mayor crecimiento y rendimiento de las plantas, y en una mayor resiliencia de los ecosistemas terrestres ante el estrés hídrico y la erosión (Han, J. et al., 2022). Por estas razones, el biochar es considerado una alternativa valiosa en el manejo de los suelos en sistemas productivos.
Biochar como medida de mitigación
Frente al cambio climático, el biochar se puede aplicar como enmienda en suelos productivos y tendrá un doble potencial de mitigación del cambio climático. Por un lado, favorece el crecimiento de las plantas y su capacidad de absorber más CO2 de la atmósfera (Smith, 2016). Por otro lado, el biochar tiene la característica de adherir en su propia superficie GEI de la atmósfera, convirtiéndose en un sumidero de carbono en sí mismo. Dado el alto nivel de porosidad del biochar, su área superficial es considerablemente mayor a su volumen y masa, por lo que tiene una alta capacidad de adhesión. Asimismo, el biochar cuenta con poder recalcitrante, es decir, es resistente a la degradación química y biológica (Cheng et al., 2008) y una parte significativa de este no se descompone, lo cual evita que el carbono de la biomasa retorne a la atmósfera como CO2, y más bien permanezca capturado en el suelo durante largos periodos de tiempo (Mohan et al., 2018). Es por ello que el biochar también se considera una de las tecnologías de emisiones negativas (NET, por sus siglas en inglés) de bajo costo para el secuestro de carbono (Tisserant y Cherubini, 2019).
Bonos de carbono a partir del biochar
De esta forma, el biochar tiene el potencial de generar créditos de carbono. Algunas estimaciones indican que el contenido promedio de carbono (C) del biochar es de aproximadamente 80% y una 1 tonelada de biochar promedio puede secuestrar 2,93 toneladas de dióxido de carbono (CO2) (Steiner, 2010). Sin embargo, cabe mencionar que estos resultados dependerán de varios factores tales como, el tipo de biomasa utilizada para la producción del biochar, el método y temperaturas de producción (pirólisis), el tiempo de permanencia en el suelo, entre otros.
Existen algunos estándares que reconocen metodologías estandarizadas para cuantificar el CO2e que el biochar almacena y los créditos de carbono que puede generar. Las metodologías de cuantificación también establecen los criterios de calidad, seguridad y sostenibilidad que debe cumplir el biochar para ser reconocido como una tecnología de mitigación del cambio climático. Los principales estándares de certificación carbono que cuentan con estas metodologías son Verra VCS, Gold Standard, Puro Earth, American Carbon Registry, Climate Action Reserve.
Uno de los proyectos que ha sido certificado con créditos de carbono por la aplicación de biochar es el Biochar for Sustainable Soils (B4SS), que es un proyecto financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) y ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El proyecto B4SS tiene como objetivo demostrar los beneficios del biochar para mejorar la calidad del suelo, aumentar la productividad agrícola, reducir las emisiones de GEI y mejorar los medios de vida de los agricultores. Este proyecto fue certificado por Verra VCS. Verra aprobó la metodología para el biochar en agosto de 2022 y emitió los primeros créditos de carbono para el proyecto B4SS en noviembre de 2022.
Rigurosidad y transparencia para la aplicación del biochar
En un mundo donde la acción climática es clave para la sostenibilidad, medidas de mitigación como la aplicación de biochar son necesarias para mitigar nuestra huella de carbono y tener sistemas productivos más resilientes. El uso de metodologías rigurosas que garanticen la transparencia de la reducción y captura de carbono, así como la integridad ambiental de la generación de créditos de carbono, también es una demanda internacional en crecimiento. Felizmente hay consultores carbono especializados con amplia experiencia en estos aspectos en el equipo de Climetría. Si estás interesado en conocer más sobre este servicio, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Cada acción que emprendemos contribuye significativamente a la creación de un futuro más verde y responsable.